La hipertensión afecta a más del 20% de la población adulta de América. Un dato no menor es que no tienen síntomas visibles hasta que es tarde. Por lo tanto, muchas personas no lo saben y no adhieren a tiempo al tratamiento que incluye fármacos, ejercicio y alimentación saludable.
El problema de la presión alta o hipertensión es una gran preocupación a nivel mundial. El número de adultos de entre 30 y 79 años con hipertensión ha aumentado de 650 millones a 1280 millones en los últimos treinta años. Este dato lo arrojó el primer análisis mundial de las tendencias de la prevalencia, la detección, el tratamiento y el control de la hipertensión que fue dirigido por investigadores del Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se publicó en la revista The Lancet.
Mantener la presión arterial bajo control es importante para la salud. Si es demasiado alta, la presión arterial puede provocar enfermedades graves, como enfermedades cardiovasculares o ataques cerebrovasculares (ACV). Cuando se detecta que el nivel de presión arterial es anormal, se debe hacer la consulta médica y seguir las indicaciones del tratamiento que combina fármacos, actividad física, como caminar o andar en bicicleta, y una alimentación saludable.
Además, de aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, cerebrales y renales, la hipertensión es una de las principales causas de muerte y enfermedad en todo el mundo. Puede detectarse fácilmente midiendo la presión arterial, en casa o en un centro de salud, y a menudo puede tratarse eficazmente con medicamentos de bajo costo.
A la hora de recomendar un tipo de alimentación, estudios científicos han demostrado que los componentes de la dieta pueden reducir la hipertensión al disminuir la cantidad de sodio en su dieta a 2300 miligramos al día si la persona lo hace en forma constante. En este sentido, lo que se recomienda evitar ingerir es fundamentalmente sal, presente en casi todas las comidas como condimento. También, recomiendan no consumir tantos alimentos fritos, o grasosos como carnes rojas, ya que no son buenos para las arterias. Asimismo, otra recomendación es evitar las y bebidas azucaradas y alcohólicas, y no consumir en demasía fiambres y embutidos.