La pandemia ha dejado mucha tela para cortar en distintas áreas de nuestra sociedad. La salud, por ejemplo, es el principal ambiente laboral afectado; no solo por la cantidad de ciudadanos que necesitaron de la atención médica, sino por el desgaste mental de los trabajadores. Los ingresos hospitalarios y las necesidades de cubrebocas disminuyeron en la actualidad, mas la salud pública tiene una crisis por el agotamiento crónico de sus empleados.
Niños, padres, estudiantes universitarios y trabajadores de primera línea de lucha contra el COVID-19 se enfrentaron a la salud mental en el último bieno. Además, las personas con problemas físicos y emocionales preexistentes se encontraron en una importante situación de vulnerabilidad debido al aislamiento social impuesto por la pandemia.
Según un publicado por la revista Journal of General Internal Medicine, el nivel de angustia mental y agotamiento crónico de la primera línea de trabajadores contra el Coronavirus era muy similar al daño moral que experimentaron los soldados que sirvieron hace décadas en las zonas de combate de guerra. Estas denominaciones, "agotamiento" y "trauma" no se deberían reservar para los más afectados por el COVID-19, declaró una enfermera certificada en salud mental y psiquiátrica, Tamar Rodney.
Los tres principales síntomas del agotamiento crónico son: Fatiga, problemas para dormir y beber o consumir drogas más de los habitual. La fatiga la podemos descubrir si te preguntas: "¿Cuánto tiempo más puedo hacer las cosas que me piden?", dijo Rodney.
Es muy posible que experimentando agotamiento crónico si también tienes problemas para dormir. Un déficit del sueño puede ser ignorado por quien lo padece al disimularlo con la cafeína, cuyo consumo excesivo es un signo importante del agotamiento. Además, si te sorprendes a ti mismo durmiendo demasiado para la escuela o el trabajo es un claro indicador.
Por último,, el aumento del consumo de la bebida y de las drogas, como la cafeína incluso, se pueden interpretar como comportamientos relacionados con el agotamiento. En líneas generales, cualquier cosa que sea utilizada para tapar angustias podría ser una señal de alarma.