El Paracetamol, una medicación aprobada en todo el mundo y que cuenta con todos los certificados de calidad por parte de las autoridades sanitarias para tratar diferentes aspectos de salud. Es un medicamento que puede incluirse entre los analgésicos o antipiréticos. Por eso, se puede utilizar en el tratamiento de síntomas leves, moderados y para la fiebre.
Por supuesto que, como cualquier medicamento el consumo de paracetamol puede tener efectos secundarios que están declarados en el prospecto de la propia medicación. Estos pueden dividirse en efectos secundarios raros (que afectan a 1 de cada 1.000 pacientes) e incluyen malestar, bajada de tensión y aumento de los niveles de transaminasas, unas enzimas que intervienen en la función del metabolismo y en la producción de aminoácidos, en sangre.
También, en efectos secundarios muy raros (pueden afectar hasta 1 de cada 10.000 pacientes), el paracetamol puede provocar enfermedades del riñón, orina turbia, dermatitis alérgica (erupción cutánea), ictericia (coloración amarillenta de la piel), alteraciones sanguíneas (agranulocitosis, leucopenia, neutropenia, anemia hemolítica) e hipoglucemia (bajada de azúcar en sangre).
Por otro lado, no se sabe exactamente todavía cómo puede afectar a la salud del corazón, mas está comprobado que la prescripción crónica no esteroideos (AINE) e inhibidores de la ciclooxigenasa 2 (COX-2) se asocia con un riesgo cardiovascular (CV) incrementado. Por eso, tradicionalmente se indicó como medicamento analgésico de elección en pacientes con edad avanzada o patología vascular, aunque no existen tantos estudios prospectivos con respecto a la seguridad del paracetamol en pacientes con riesgo cardiovascular elevado.
En el útlimo tiempo, un estudio publicado en la ‘Revista de Nefrología’ indicó que puede haber un vínculo directo entre el consumo prolongado de paracetamol y su influencia en el riesgo cardiovascular. En este trabajo científico participaron 33 pacientes con enfermedad coronaria y un tratamiento de base convencional (estatinas, ácido acetilsalicílico, antagonistas de los receptores de la angiotensina II o inhibidores de la enzima conversora de angiotensina).
En un estudio aleatorizado, doble ciego y cruzado se compararon los efectos de 1 g x 8 horas de paracetamol frente a placebo. Las conclusiones, que se obtuvieron después de dos semanas de tratamiento, arrojaron no se encontraron diferencias significativas en cuando a frecuencia cardíaca, componentes del sistema renina-angiotensina, metabolismo de prostaglandinas, parámetros bioquímicos renales, función endotelial o función plaquetaria. Por lo tanto, el paracetamol como medicamento incrementa la presión arterial en pacientes que cuentan con enfermedad coronario.