El brócoli es uno de los alimentos que siempre se cita en la lista de los más saludables, ya que es la hortaliza con mayor aporte nutricional por unidad de peso comestible. En cuanto a sus propiedades, esta verdura cuenta con proteínas, y carbohidratos, aporta fibra, tiene poca grasa y es rico en calcio, hierro y vitaminas B1, B2, B6, C, K y A.
Tal y como suele suceder con la mayoría de las frutas y verduras, previo a su consumo deben de pasar por un proceso de limpieza e incluso desinfección para que sea un alimento seguro de ingerir, esto es especialmente necesario en este tipo de alimentos que no contienen una envoltura natural o cáscara. Es por esta razón que están expuestos de manera directa a la contaminación por cierto tipo de insectos (como orugas) e incluso microorganismos patógenos que pueden ser dañinos para nuestra salud.
Para el consumo de brócoli es indispensable el lavado, que puedes realizar a través de simples instrucciones:
- Para prolongar la vida de consumo del brócoli es preferible lavarlo justo antes de usarlo.
- Puede optar simplemente por enjuagarlo bajo el chorro de agua. Para ello únicamente debes poner el brócoli en un colador y colocarlo debajo del agua, cuidando de levantar cada flor, así como frotar flores y tallos con sus manos para que el agua arrastre cierta parte de la suciedad y posibles orugas que pueda tener.
- Otra opción es colocarlo el brócoli en un recipiente lo suficientemente grande para que lo cubra por completo, llenar el envase con una mezcla de ¼ de vinagre blanco con ¾ de agua y sumergir sus vegetales durante 15 a 20 minutos.
- Revuelva el brócoli con la mezcla de agua y vinagre varias veces para que la suciedad se desprenda más fácilmente. Una vez pasado el tiempo retira el brócoli de la solución y enjuague perfectamente bajo el agua, tal y como se explicó anteriormente.
- Por último, sobre todo en los casos de brócolis orgánicos o que han sido cultivados por usted mismo, se recomienda hacer lo mismo que en el paso anterior, pero en lugar de vinagre, debe agregar 1 cucharada de sal por cada litro de agua fría.