Las mascotas son unos seres de luz que a diario nos llenan de alegría y significan una compañía inigualable. Estos compañeritos son inseparables, hasta el punto de querer estar con nosotros en nuestras horas de sueño y dormir a nuestro lado sin despegarse ni un segundo.
Pero como en la vida nada es gratis, esta acción trae consecuencias inesperadas, tanto para nosotros como para nuestros peludos compañeros. Además, claro está que primero debemos ser claro en lo que queremos, porque si accedemos a que duerman en la cama, luego no se los puede echar. Tampoco debemos establecer días intercalados para que durmamos en compañía. Es que los animales de compañía no entenderán cuando los dejamos subir y cuando los echamos. Es decir que no sabrán cómo actuar y qué esperamos de ellos.
Lo primero que debemos hacer es erradicar el comportamiento de nuestra mascota, ya que si queremos que los animales de compañía tengan un buen comportamiento, debemos establecer reglas para manejar su comportamiento. Por ejemplo, si el perro salta a la cama y se lo prohibimos, debemos bajarlo y llevarlo a su cama. Y si el animal se mantiene en su lugar, será momento de felicitarlo y premiarlo con una golosina o alimentos.
Luego, tenemos frente a nosotros un punto clave a tener en cuenta sobre la salud de las mascotas y si tienen parásitos. Es que tanto perros como gatos pueden tener garrapatas y pulgas que se adherirán al colchón o sábanas y después pegarse a nuestra piel o cabellera. Por ende, será menester llevar regularmente a estos animales al veterinario para regular sus parásitos, incluso por más que no duerman con nosotros.
Por último. si queremos garantizar su buen comportamiento y que no venga hacia nuestra cama, la suya tiene que estar en perfectas condiciones. No tendrá que ubicarse bajo la luz directa del sol ni donde haya corriente de aire. Además, en su lugar para descansar debe poder estirarse para dormir placenteramente.