El Día de Muertos es uno de los eventos más importantes de la cultura mexicana; cada 1 y 2 de noviembre se conmemora a los seres queridos que dejaron nuestro plano terrenal y se realizan una serie de ofrendas en su honor. Altares llenos de sabores, recuerdos, olores y -principalmente- de colores se pueden ver por todas partes.
Pero hay algo que muchas personas desconocen y se preguntan tras estos festejos: ¿Qué hacer con los alimentos que quedaron en el altar? La respuesta es sencilla, pero primero tenemos que remontarnos a las tradiciones, ya que, de acuerdo a esas, la comida ofrecida en los altares es cargada con las energías de los visitantes por lo que su esencia queda impregnada en ella. Ante esta creencia mítica, no recomendamos en lo absoluto, ingerir estas comidas.
Sin embargo, dejando a un lado los tabúes, si nos centramos en lo físico y en lo meramente gastronómico, alimentarnos con estos platillos, dulces, frutas o cualquier cosa comestible puesta en los altares no conlleva a ningún riesgo siempre y cuando se encuentre en buen estado.
En cuanto a las recomendaciones y a modo de conclusión, podemos decir que los alimentos utilizada en las ofrendas puede ser desechada si ya está en su proceso de descomposición o ha perdido su sabor. Elementos que pueden durar mucho tiempo como las bebidas y licores, pueden ser reutilizados para las fiestas de años venideros. Las calaveritas, hechas de azúcar o cualquier otro elemento, suelen ser de larga duración por lo que si son cuidadas adecuadamente también pueden ser reutilizadas.
Si bien las ofrendas buscan ser una forma de recordar a los seres queridos de la forma más natural, existe quizás una opción mucho más económica, ya que se trata de una inversión para toda la vida, que consiste en adquirir y colocar elementos ficticios que hacen referencia a los platillos elaborados. Los mismos son muy fáciles de conseguir, y de esta manera cuidamos el bolsillo y no desperdiciamos ningún tipo de alimento una vez que son quitados de las ofrendas.