SALUD

Así debes lavar el pollo para que sea seguro, según la ciencia

Los expertos recomiendan no lavar el pollo, pero es una práctica muy comun; por eso, un estudio científico determinó cómo lavarlo correctamente para evitar bacterias.

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El pollo crudo debe ser lavado bien sin ningún tipo de excusas..Fuente: Pexels
Escrito en ESTILO DE VIDA el

 

El lavado del pollo al igual que las carnes es un hábito que pasó de generación en generación y que, a pesar de los avisos de los expertos, muchas personas no están dispuestos a cambiar. En teoría, las carnes hace falta que se laven porque con la cocción las bacterias se mueren; no obstante, hay una forma correcta de lavar los alimentos para disminuir la contaminación bacteriana en la cocina.

En el último tiempo, un grupo de investigadores hicieron un estudio científico para confirmar que las bacterias del pollo crudo se pueden transmitir a las superficies cercanas a través de las salpicaduras de agua, por ejemplo. El reporte se publicó en la revista científica 'Physics of Fluids' bajo el nombre de “Chickensplash! Exploring the health concerns of washing raw chicken”.

La carne de pollo puede lavarse, pero cuidadosamente. Fuente: Pexels.

Para empezar, hay que evitar el chorro de agua a presión al lavar la carne porque el flujo de agua y la flexibilidad del pollo son factores claves para que las bacterias se propaguen a través de la salpicadura del agua. Por eso, hay que abrir la llave de apoco y manteniendo un chorro suave, pero constante.

Otro dato no menor a la hora de lavar el pollo es la altura del grifo porque a mayor distancia entre la carne y el chorro, más lejanas son las salpicaduras contaminantes. Los investigadores descubrieron que cuando la altura del grifo era de 40cm, la contaminación podía alcanzar los 22cm del lavadero. En cambio, cuando la altura era de 15cm, la salpicadura se redujo apenas a 5cm.

Hay varias recetas que transforman al pollo en una gran opción para las comidas. Fuente: Pexels.

La última conclusión del estudio es el de evitar tiempos muy prolongados de lavado para minimizar las salpicaduras de bacterias. Una vez que estas prácticas se aplican, los peligros disminuyen notablemente, aunque no al 100%. Tras lavar la carne hay que lavar la superficie de la cocina y los utensilios cercanos al fregadero.