El baño es un hábito de la higiene que se aplica todos los días en las sociedades occidentales y que millones de personas cumplen al pie de la letra. Sin embargo, el cabello es una de las partes del cuerpo que no es necesario que sea lavada a diario si se siguen una serie de pautas para el cuidado y que no se vea sucio.
Para empezar, hay que tener en cuenta que cada cabello tiene sus características particulares. Por ejemplo, los rizados por lo general son menos grasos y deben ser menos acondicionados; en cambio, si es liso, es posible que se ensucie más a menudo y se tendrá que lavar de forma frecuente en el baño.
En el último tiempo, un estudio científico de la Universidad de Columbia explicó que si la piel y el pelo son grasos, debe lavarse unas tres o cuatro veces por semana. En cambio, si está en el punto medio se tiene que laver apenas dos veces por semana para mantener la salud del cuero cabelludo.
No obstante, también hay que tener en cuenta la forma en la que se lava el cabello, cuáles productos y en qué cantidad se utilizan. Lo ideal es masajear bien (no razcar) y utilizar un shampoo y acondicionador neutro y la cantidad perfecta por lo general es el tamaño de una avellana o de una nuez.
Este estudio científico indicó que el truco ideal para mantener el cabello limpio es lavarlo con agua fría. Tras aplicar los productos, es importante enjuagar bien la cabeza con agua en temperatura baja. Si lo haces con agua tibia o fría, no se va a cerrar la cutícula de la fibra capilar, el producto aplicado va a permanecer poco tiempo y la suciedad será inevitable.