Los perros en muchas ocasiones se manifiestan a través de los ladridos. Más allá de que esta es una necesidad innata para los animales, a veces a sus dueños les resulta algo molesto, pero esto no es la única forma en la que se expresan estas simpáticas mascotas, ya que en diversas ocasiones lo hacen a través de aullidos.
Tanto los perros como los lobos se expresan a través de aullidos por afinidad e imitación. Uno empieza a aullar y enseguida otros lo siguen. Según el médico veterinario Juan Enrique Romero, el aullido expresa su estado emocional y posee diferentes significados e interpretaciones.
El primero es conocido como aullido territorial, que sucede cuando un extraño se acerca. Algunos perros ladran para dar la voz de alarma, pero otros simplemente aúllan. Viene acompañado del aullido de imitación, que ocurre cuando los perros no pueden resistirse a responder, escuchan una sirena y se ponen a aullar de modo automático, casi como un resorte. Los sonidos muy fuertes y agudos despiertan alguna memoria genética lobuna y en un comportamiento imitativo como gesto de pertenencia a un grupo.
Luego tenemos el aullido de ansiedad, qué puede pasar cuando un perro se queda solo y podría expresar un estado patológico de ansiedad por separación. También encontramos el aullido de reunión, que funciona como un llamado a estar juntos y unir códigos de comunicación.
El aullido de atención es otro tipo de manifestación que busca captar la atención y que le hagas caso. Un ejemplo de esto ocurre con los perros de caza que cuando descubren una pieza, aúllan para llamar al humano y hacerlo acercarse hasta su hallazgo. Por último, encontramos el aullido de soledad, que ocurre en los perros que sufren una soledad profunda confinados en un patio o atados totalmente solos durante mucho tiempo. Este tipo de aullido pretende buscar la compañía de otros animales.