El huevo es una de las bases de la alimentación de nuestras sociedades y por ese motivo, no son pocas las grandes empresas productoras de este alimento rico en proteínas. Por ello, juntas estas compañías han determinado algunos estándares de recolección y control de calidad de la cáscara de huevo con el objetivo de que cumpla con una serie de características.
Los huevos tienen siempre un determinado tamaño, peso, forma y, principalmente, limpieza. Un ítem súper indispensable debido a que en la actualidad, en el mercado se pueden encontrar algunos con cáscara de huevo sucia debido al almacenamiento o al transporte.
Más allá de la razón, existe la posibilidad de que algunas personas se pregunten qué deben hacer con estos huevos con las cáscaras de huevo sucias. Entre la infinidad de recomendaciones que se han divulgado al respecto, hay una que se destaca por sobre el resto. Básicamente, lo que se debe hacer es lavarlos, mas esta es una herramienta polémica.
Los huevos se deben lavar justo antes de consumirlos. Por lo tanto, si una persona compra un paquete con 30 huevos y los quiere lavar, lo puede hacer… pero no es recomendable. El lavado y el almacenamiento puede disminuir su vida útil y también provocar una contaminación de los mismos.
Esta contaminación no es más ni menos que un aumento del riesgo de contraer una intoxicación alimentaria. Cuando se lavan, se elimina una cutícula protectora que los huevos tienen y las cáscaras quedan expuestas a las bacterias, que pueden acceder fácilmente al alimento y contaminarlo. El principal riesgo es el ingreso de la bacteria de la salmonella.