La carrera artística es un vaivén emocional. En un momento, te encuentras en la cima, y al siguiente, disfrutas de la estabilidad cosechada de tus esfuerzos, solo para descubrir más tarde que todo era un espejismo.
Pero en otros casos, como el de Mónica Cervera, actriz nominada al Premio Goya como 'Mejor actriz revelación' por su papel en Crimen Ferpecto (2004), no desean ni oír hablar de cine ni televisión. Desde aquella destacada nominación, la vida de Mónica ha dado un giro drástico. Actualmente, vive en condiciones precarias, según reveló en una entrevista exclusiva con la revista Lecturas.
En su cuenta de Instagram, donde ha compartido fotos en la banca del parque donde duerme, sus seguidores le escriben ofreciéndole techo, pero la artista ha dicho que no necesita "nada de nadie" y ha pedido a su familia que respete su decisión de no volver a casa.
“No quiero que me nombren la palabra televisión ni cine. Estuve ahí en su día, pero no quiero volver nunca. Estoy bien como estoy, no quiero hablar de ese pasado”, añade sobre el gremio artístico. La intérprete no quiere que, con las declaraciones vertidas a Lecturas, la gente comience a intentar cambiar su coyuntura.
Es que, debido a que es muy activa en redes y a que se ha dado a conocer su situación, usuarios le escriben frecuentemente ofreciéndole techo, apoyo y comida. “Me tienen que respetar. Quiero que me dejen en paz y vivir como yo he elegido vivir. Lo único que quiero ahora es que Bienestar Social, con los que tengo cita el 25 de enero, me den una estabilidad”, anuncia contundente.
Mónica debutó fue en un cortometraje llamado “Hongos” (1999) para luego tener participación en cine y series como: Manos a la obra (2001), Octavia (2002), Piedras (2002), Entre vivir y soñar (2004), Crimen Ferpecto (2004), 20 centímetros (2005), Busco (2006) y Con dos tacones (2006).