Mel Gibson se ha vuelto tendencia por una particular razón. Es que su última película, Secuestro en directo (On the line por su título original en inglés), está batiendo récords impensados en Netflix luego de recibir un sinfín de críticas cuando se estreno en el cine a fines del año pasado.
La historia de la película gira en torno a Elvis, uno de los últimos míticos locutores de radio que quedan. Cada noche llega a sus oyentes con su inconfundible voz y sus agudas réplicas. Hasta que una noche recibe la llamada de un hombre que está a punto de hacer algo terrible, lo que podría destruir la carrera de Elvis, a su familia y toda su vida por completo.
El oyente, un jadeante sujeto que se presenta como Gary (Paul Spera), anuncia que está listo para dar el gran golpe contra un maldito sujeto que merece castigo por sus malas acciones. Ante esto, Elvis intenta guiar a su oyente por el camino del bien pero el aparente proto-terrorista se despacha como si no existieran otros oyentes, servicio de 911 ni Policía en Los Ángeles.
Pero el film toma otro sentido cuando Gary revela que en su poder tiene a la esposa e hija del conductor, a quien acusa de ser una persona capaz de engañar a su mujer con su compañera de estudio. A partir de ese momento todo cambia y la trama comienza a parecerse a un propuesta de suspenso que se vuelve algo más interesante.
Pero claro, quienes las vieron en el cine, o aquellos entendidos en la materia, expresan que se trata de una "oportunidad perdida, que rápidamente empieza a perder el rumbo. Por lo tanto, esta es probablemente una película que deberías ignorar". Sin embargo, los usuarios de Netflix dejan en claro que no comparten las críticas al sostenerla en el top ten de las más vistas en la plataforma.