CELEBRIDADES

¿Por qué Angelique Boyer y Sebastián Rulli nunca se van a casar?

Angelique Boyer revela el motivo por el que nunca se casaría con Sebastián Rulli, pero afirma que la relación de novios seguirá.

Fuente: Instagram @angeliqueboyer
Conoce el motivo para elegir el noviazgo eterno.Fuente: Instagram @angeliqueboyerCréditos: Instagram
Escrito en ENTRETENIMIENTO el

La relación entre Sebastián Rulli Angelique Boyer es una de las parejas más estables de la farándula, quienes ya casi tienen una década en pareja como novios. Cualquier oportunidad es buena para compartir su amor en redes sociales, donde se les ve como una pareja feliz. Aun con la sonrisa, no hay fecha para su matrimonio.

En más de una ocasión, en los melodramas, hemos visto llegar a la divina pareja al altar, dándonos una probadita de como sería el mágico momento cuando al fin contrajeran matrimonio. Pero las palabras de la actriz francomexicana rompen la burbuja de ensueño, dado que reveló porque no llegara ese momento.

Novios para siempre. Fuente: Instagram @angeliqueboyer

En una reciente entrevista, Angelique Boyer reveló porque el momento únicamente se quedaría en la pantalla chica y no llegaría al altar con Sebastián Rulli. La histrionisa de Televisa, aclaró que su tiempo de novios sigue adelante, puesto que ninguno de los dos cree en el matrimonio.

¿Por qué Angelique Boyer y Sebastián Rulli no se han casado?

La intérprete de ‘El amor invencible’ se sinceró sobre sus creencias, al igual que las de su pareja. Para los actores, no tiene validez el matrimonio en un documento, por lo que el siguiente paso para su relación sería vivir juntos y para eso no hay prisa. Así lo afirmó la actriz Angelique Boyer.

La pareja feliz. Fuente: Instagram @sebastianrulli

En lo que respecta a su relación de novios, comparten todo como la pareja estable que son. Comentó que su casa es casa de Sebastián Rulli y la del actor de ella. Expresó que el siguiente paso lo van a dar con el tiempo necesario. Sin embargo, la celebridad intentó dejar en claro que, en la vida real, nunca la veremos de blanco caminando hacia el altar.