Megan Fox reveló en una entrevista con la revista Sports Illustrated que padece dismorfia corporal y que su salud mental está en peligro. “Tengo dismorfia corporal. Nunca me veo como me ven los demás. Nunca hubo un momento en mi vida en el que amé mi cuerpo”, dijo la actriz de "Transformers".
A sus 37 años, la artista admitió por primera vez que padece este trastorno denominado dismorfia corporal. Las personas que lo sufren se suelen volver solitarias y tienen dificultades para mantener relaciones sociales. Además, son propensas a padecer otros problemas de salud mental porque no se pueden ver como los demás.
Según la Asociación Americana de Psicología, la dismorfia corporal es "una condición de salud mental que consiste en un desprecio extremo de algún aspecto de la apariencia física y que suele ser imperceptible para los demás". Por lo general, es un trastorno que se caracteriza por una preocupación excesiva por defectos imaginarios o anomalías físicas leves.
Por otra parte, es un trastorno que afecta a 1 de cada 50 personas en los Estados Unidos, según un estudio que realizó la Clínica de Cleveland. Al mismo tiempo, se le suele diagnosticar aproximadamente al 2,5% de las mujeres. Es una enfermedad que puede dañar la salud mental y la autoestima de las personas, por lo que también aparecen la ansiedad y la depresión.
Según los expertos en salud mental, no hay una causa específica que provoque esta patología. Los expertos consideran que el trastorno se presenta en la adolescencia, un momento clave para los jóvenes por los cambios en su apariencia física. También se puede desencadenar por una experiencia infantil negativa como abuso, negligencia e incluso intimidación parental.
Megan Fox no dio muchas más precisiones de su caso, pero los especialistas consideran que los factores mencionados y la necesidad de perfeccionismo pueden identificar las obsesiones propias de esta enfermedad. Además, las señales de dismorfia se pueden presentar de formas distintas en cada persona, aunque el síntoma común es la preocupación constante por un defecto inexistente en la apariencia física.