Guillermo del Toro fue una de las figuras de los últimos Globos de Oro, ya que se llevó la estatuilla en la categoría de “Mejor Película Animada”. Una vez arriba del escenario y cuando los atronadores aplausos cesaron, el discurso del director mexicano impactó a la industria.
"Estoy feliz de estar en persona, algunos ya están borrachos y ¿qué puede ser mejor? Es un año increíble para el cine", comenzó el mexicano, que en 2018 se convirtió en el tercer director latino en conseguir el galardón de mejor director con "The Shape of Water". Luego sentenció de manera rotunda: "La animación es cine. La animación no es un género infantil, es un medio", finalizó mientras sostenía su Globo de Oro sobre el escenario.
Recordemos que la historia de Pinocho nunca fue un relato infantil. De hecho, el cuento original, escrito por primera vez en 1881 por el italiano Carlo Collodi, era más bien una oscura —y retorcida— lección de las consecuencias que tiene portarse mal y no cumplir tus responsabilidades.
En una entrevista para Variety, el director reconoce que él y el guionista Patrick McHale quisieron acercarse a la oscuridad emanada en la obra original de Collodi. En definitiva, Guillermo del Toro nunca pensó esta historia como algo “exclusivamente para niños", el director afirma que es una historia para disfrutar en familia y que los más pequeños pueden ver.
Según el propio Del Toro, hay una línea que separa la "película familiar" de la "película para niños". Las últimas han sido "pasteurizadas" para ser consumidas sin la supervisión paterna; mientras que las primeras fueron elaboradas para ser vistas por niños y adultos, y también discutidas. Y es que Pinocho ofrece algunas reflexiones interesantes para tratar en casa. Empezando por la rotunda decisión de no convertir al protagonista en un niño real, afirmando así que nadie necesita cambiar para ser amado y aceptado, toda una declaración de su propio cine en donde criaturas de todo tipo suelen ser las protagonistas.