Jennifer Lopez reveló, a través de su newsletter, los desafíos que tuvo que enfrentar por padecer ataques de pánico debido al agotamiento, hace algunos años. Para poder sobrevivir al éxito hay que tener agallas y mantenerse en equilibrio, algo que hizo muy bien la artista durante su carrera, pero que por momentos se sintió colapsada y saturada a causa de las exigencias.
Cuando pisaba los 30, JLo trabajaba muchas horas y dejaba de lado el cuidado de su cuerpo y salud mental. La estrella de Hollywood dormía sólo entre 3 a 5 horas por día, "estaba todo el día en el set, toda la noche en el estudio, y los fines de semana grababa publicidad y vídeos. Me creía invencible", explicó Jennifer. Por consiguiente, el exceso de trabajo le pasó factura: "Un día estaba sentada en un tráiler, y todo el trabajo, el estrés, sumado con la falta de sueño para recuperarme mentalmente, me alcanzaron", contó la artista. Pero... ¿qué fue lo que realmente le sucedió?
Los ataques de pánico son episodios en los que se siente una intensa ansiedad, que termina causando una sensación de miedo y diversos síntomas físicos como palpitaciones, respiración agitada o mareos. Comienzan de manera repentina y eventualmente pueden extenderse unos minutos o un par de horas. Los ataques de pánico se producen cuando el sistema activa las señales de peligro, sin que se encuentre realmente en una situación de riesgo. Se estima que cerca de un 35% de la población sufrirá, al menos una vez en su vida, uno de estos episodios, todos derivados del estrés o después de realizar una actividad física intensa a la que no estamos acostumbrados.
Principalmente, para Jennifer López fue el estrés y el exceso de trabajo lo que le provocó cundir en el pánico. Así fue su testimonio: "Pasé de sentirme totalmente normal a pensar en lo que tenía que hacer ese día y, de repente, sentí que no podía moverme. Estaba completamente paralizada. Mi guardia de seguridad en el set vino a recogerme y me llevó al médico. Cuando llegué, podía hablar de nuevo y estaba tan aterrorizada, creí que me estaba volviendo loca. Fue un minuto que no pude ver con claridad y aparecieron otros síntomas que empezaron a asustarme". ¿Cuáles síntomas?
Según el sitio del gobierno australiano Better Health, algunos de los síntomas más comunes de una crisis de pánico son: ansiedad y pensamientos irracionales, sensación de que estás en peligro, miedo a volverte loco o perder el control, mareos, sudoración y temblores. También pueden hacerse presentes escalofríos y hormigueo en las extremidades, palpitaciones, respiración acelerada, tensión muscular, sensación de compresión en el pecho o boca seca. En estas circunstancias, los especialistas recomiendan que pienses que los síntomas que tienes han sido causados por una situación en la que en realidad, no estás en peligro. Por otro lado, sino puedes dirigir tu atención a un estímulo externo, que te ayude a distraerte, concentrándote en algún objeto o situación que ocurra a 100 metros.