La mayoría de los juicios por separación de este mundo incluyen discusiones por la manutención o la cuota de alimentos de los hijos; por una casa, un auto y en el mejor de los casos... por una finca. No obstante, esa no es la realidad de Brad Pitt y Angelina Jolie.
Los protagonistas de una de las parejas de Hollywood más conocidas de este siglo XXI pelean por un castillo de ensueño que está localizado en el sur de Francia, en la región de Provenza: Chateau Miraval. Esta es una edificación que se levantó en el siglo XIII y que originalmente se pesnó como un espacio que albergara ritos y celebraciones religiosas. En el último tiempo, fue refuncionalizado como una bodega porque está rodeado de un magnífico viñedo del que surge un delicioso vino rosado dulce.
Este es un espacio muy importante para Brad Pitt y Angelina Jolie porque aquí se casaron en 2.014, primero lo alquilaron y después lo compraron. Incluso cuando iniciaron el proceso de divorcio en 2.016 y mientras resolvían como sería la custodia de los hijos en común y la división de la mayoría de los bienes, acordaron dejar aparte el futuro del castillo francés.
Chateau Miraval es una joya arquitectónica que tiene 35 habitaciones, más de 30 hectáreas de viñedos —es conocido por sus vinos de las denominaciones Coteaux Varois y Côtes de Provence—, un lago, 20 fuentes, piscinas, gimnasio y un salón para banquetes, además de una pequeña capilla en la que los actores contrajeron matrimonio. También tiene un estudio de grabación por el que han pasado Sting, Sade, The Cranberries, Gipsy Kings y Pink Floyd.
No obstante, se desconoce específicamente cuántos baños son los que tiene Chateau Miraval, pero se presume que el número es mayor al de una docena por la cantidad de habitaciones y espacios que posee. El valor de mercado de la propiedad asciende a 164 millones de dólares.