Cuando los problemas te sobrepasan o colapsan, muchas veces nos ahogamos y dramatizamos las posibles soluciones, que ni siquiera vemos con claridad. El caso de Andrés García presenta un panorama similar, ya que esas lagunas en su mente a punto de ebullir han sido recurrentes durante su enfermedad. Por lo que la idea del suicidio estuvo llamando a la puerta. El actor deseaba vivir en buenas condiciones de salud sus últimos años, entonces la flaqueza que le proporcionó la cirrosis fue uno de los principales motivos de querer quitarse la vida. Pero, afortunadamente, las atenciones y el amor proporcionados por su esposa, Margarita Portillo, le han dado un envión en medio de la tormenta.
La depresión es un factor atenuante en el asunto. En realidad, todas las personas que deciden acabar con su vida padecen este tipo de enfermedad, que te deja ultrajado y despojado de todo. Cuando Andrés García tenía pensamientos suicidas, estaba seguro que no sería a través de una pistola su autodestrucción, "esa forma aparatosa y cobarde", según sus propias palabras. Algunas de las absurdas ideas que rondaron por su cabeza fue dispararle a personas malas para terminar siendo baleado por ellas. Una incongruencia total, que sólo los depresivos conocen.
Otra de sus alternativas de muerte rápida, fue la idea de tomar una pastilla letal que le permitiese despedirse en son de paz: “Llegué a pensar ‘¿Qué caso tiene vivir en malas condiciones?’, mejor voy a prepararme mi salida, pero gracias a Dios las atenciones de Margarita me sacaron de esa onda”, así contó el actor sobre cómo lo salvó su esposa.
Por fortuna, para Andrés y su familia, sólo fue un susto. El actor no tuvo el valor suficiente para dejar el mundo terrenal, pues para ellos Dios es quien decide cuándo termina el tiempo de vida de una persona. En el programa Ventaneando mencionaron que su esposa ha estado fielmente a su lado desde que su estado de salud se ha deteriorado. Así, fue Margarita quien decidió trasladar a García a su casa de Acapulco, pues no estaba tranquila viendo a su marido enfermo, solo y con pensamientos suicidas.
A pesar de los problemas de separación que tuvo con su hija Andrea García, ella le hizo llegar a su padre un video pidiéndole perdón entre lágrimas y una oportunidad para reconciliarse. El padre se negó rotundamente debido a la religión que ella práctica, por su cercanía con amistades que supuestamente realizan brujería y por la grave acusación en la que Andrea dijo ser abusada cuando era menor de edad. En cambio su hijo Leonardo confirmó que se encuentra en contacto con el actor. En ocasiones lo visita en su casa y realizan actividades como salir a comer, pasar un tiempo juntos y a veces se queda a dormir en su hogar.