Ser inmigrante no es una tarea fácil. El exilio implica abandonar costumbres, familia, amigos y sitios. Todo lo que estábamos acostumbrados, hasta el propio confort, son cosas que pesan a la hora de marcharse de un lugar. Sumado a ello, la ansiedad y el miedo a lo desconocido hacen lo suyo, especialmente cuando la aventura será en otro idioma. Algo así le sucedió a Ana Layevska cuando tenía 9 años y tuvo que dejar su país natal, Ucrania, para vivir en México.
A veces las circunstancias de la vida toman otro rumbo y en el caso de la ucraniana, el trabajo de su padre fue la causa de su partida. Conforme creció, fue encontrando su camino en la actuación hasta convertirse en la actriz que hoy conocemos. Aunque eso no estaba en sus planes originales, su talento la ha llevado por muchas producciones, pero en la que más se destaca es en “Guerra de vecinos”. La segunda temporada de la serie de Netflix llegó al streaming tan solo hace unas semanas con unos capítulos que deja en evidencia el gran sentido del humor de la historia.
Todo este proceso de afianzarse en su carrera no fue nada sencillo, teniendo en cuenta que venía de un país muy diferente. Arribar a México implicaba un cambio cultural a ultranza. Afortunadamente, con el paso de los años, el rumbo fue en curso y Ana se fue afianzando profesionalmente. Así, se enamoraría y adaptaría a la nueva casa que le daba la oportunidad de triunfar: “México me enamoró con su comida, clima y la gente, es un gran país; me adapté muy rápido”, manifestó la actriz de 40 años.
A margen de todo, llama mucho la atención la versatilidad que posee. Para aprender español, la artista fue autodidacta. Así lo confirmaba en una entrevista: “Aprendí a hablar español a los 12, viendo la TV y conviviendo con otros”. Y paradójicamente de manera fluida.
Con todo en contra, pero un futuro por venir, Ana Layevska supo sobreponerse a los obstáculos de la inmigración y hoy es una actriz reconocida del espectáculo mexicano.