Hace unas semanas, Kim Kardashian se presentó en la Met Gala con el vestido que Marilyn Monroe utilizó hace más de 50 años para cantarle el feliz cumpleaños al Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy. Esta prenda volvió a llamar la atención del público porque históricamente ha sido conocida como “El vestido más triste del mundo”.
Pese a que los años pasan, la figura de Marilyn Monroe sigue siendo uno de los íconos más grandes del entretenimiento, por eso cuando famosos como Kim Kardashian traen su nombre a la escena, las redes sociales enseguida reaccionan. Algo así sucedió con un hilo de Twitter que compartió un usuario en el que explicó los motivos por los que se considera al vestido como "el más triste del mundo".
Diseñado por Jean Louis, este vestido es un modelo ceñido al cuerpo, hecho de chifón beige, sin mangas, y con escote redondo por enfrente y uno más grande en la espalda. El gran atractivo es que tiene más de seis mil piedras de cristales Swarovski y que era tan pegado al cuerpo que para usarlo tuvo que ser cosido después de que se lo colocara.
El resultado fue que parecía desnuda, pero cubierta de diamantes. Este vestido no solo representaba la importancia de Monroe como sex symbol, sino que fue un símbolo de su tormentosa vida privada. El mito de “El vestido más triste del mundo” nació en mayo de 1962 cuando Marilyn había usado el vestido y se encontraba en un complicado momento de su vida sentimental porque había tenido un tórrido romance con John F. Kennedy que no había terminado bien.
Según dicen los rumores nunca confirmados, el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy había cortado toda comunicación con Monroe y eso había aumentado los problemas de depresión y ansiedad de la actriz, quien buscaba de forma desesperada llamar la atención del presidente. De esa manera, contra de los deseos de la Casa Blanca, Marilyn se presentó en la fiesta de cumpleaños 45 del presidente con el mencionado vestido.
Otro de los rumores reza que durante dicha presentación, Monroe estaba bajo los efectos de los antidepresivos y el alcohol, por lo que no logró escuchar las primeras veces que fue llamada al escenario. Al final, Marilyn Monroe cantó la icónica melodía “Happy Birthday, Mr. president” con un tono tan sensual que se convirtió en la última presentación en vivo de la famosa sex symbol, antes de su muerte el 4 de agosto de 1962.