La saga Crepúsculo fue un verdadero éxito de taquillas desde la primera entrega en el 2008. El romance entre Bella Swan, una humana, y Edwars Cullen, el vampiro, atrapó por completo al público que rápidamente se apropió de la historia. Por aquellos años la temática era novedosa y pronto se transformó en el puntapié de nuevas producciones del estilo.
Robert Pattinson y Kristen Stewart eran los protagonistas indiscutidos de la trama. No había lugar por donde pasaran en el que no se llevaran todas las miradas. Sin embargo, no todo fue color de rosas cuando se conocieron en el casting que realizaba Catherine Hardwicke, la directora de las cintas más famosas de vampiros.
Las pruebas las hicieron en su casa. Ninguno de los integrantes del elenco de Crepúsculo se había visto antes. Si bien Kristen Stewart se tomó las cosas con bastante calma, lo cierto es que para Pattinson no fue nada sencillo el tema con tanta cámara de utilería dando vuelta en el improvisado set. Incluso quien dirigía debió darla algo de calma y algunas sugerencias luego del inesperado accidente que sufrió.
"Rob y Kristen hicieron el 'casting' aquí, en la cama. Hicieron la escena del beso y él se cayó y aterrizó en este sueño", recordó Hardwicke sobre aquel día del papelón. "Rob entró y tenía su pelo teñido para alguna obra, con ese flequillo loco. No estaba muy en forma. Su camisa era un lío y yo en plan: 'Vale. Vale. A ver qué tal va", agregó la directora sobre su primera impresión del actor.
Luego, señaló que fue la propia Kristen Steward la que le imploró que Pattinson fuera el elegido. De esta manera, la directora de Crepúsculo detalló que "al final, Kristen me dijo: 'Tiene que ser Rob'. Me di cuenta de que tenían mucha química y pensé: 'Oh, madre'. Pensé que Kristen tenía 17 años. No quería meterme en temas legales. Así que recuerdo que le dije a Rob: 'Por cierto, Kristen tiene 17 años. En nuestro país es ilegal tener sexo...'. Y él me dice: 'Oh. Ok. Vale".