Jaime Lorente nació en un pueblo de Murcia y siempre tuvo el deseo de ser actor, por eso se mudó a la ciudad de Madrid, donde le ofrecieron el papel de Denver en La Casa de Papel. Eso, que parecía un sueño hecho realidad fue una pesadilla que lo llevó a pedir ayuda psicológica. El actor había tenido papeles muy pequeños hasta que en 2016 le llegó la propuesta de Antena 3, debido a que en un principio la serie se emitía por televisión.
Su personaje en La Casa de Papel se llamó Daniel Ramos, alias Denver, un ladrón y músculo del equipo, quien también es hijo de Agustín Ramos, Moscú, y padre de Cincinnati, un niño de 2 años. Jaime Lorente apenas tenía 25 años cuando ingresó a la serie que tenía actores como Álvaro Morte, Pedro Alonso, Úrsula Corberó, María Pedraza y Alba Flores. En su primer año al aire, el show no fue tan exitoso hasta que Netflix compró los derechos para la segunda temporada y se convirtió en fenómeno mundial.
Tras la pantemia, Jaime Lorente participó del programa "Salvados" que se dedica a la salud mental de jóvenes de entre 20 y 30 años y que estuvieron afectados psicológicamente por la pandemia de coronavirus. Ese programa español busca dar llevar esperanza, dar ánimos y contar experiencias de famosos para que se sientan identificados y el actor fue uno de ellos.
"Mi relación con el trabajo siempre ha sido la vocación y el amor. Estaba feliz haciendo teatro y ganando justo para unas cervezas, pero de repente llego a Madrid, con 25 años, y mi segundo proyecto es la serie de Netflix, que revienta y soy una persona triste. Ahora que había conseguido lo que siempre pensé que quería me fui al pozo", expresó.
Luego, continuó: "Me pedían fotos pero nadie me preguntaba cómo estaba. Yo no soy 'La casa de papel' no soy un personaje público tampoco, he hecho un personaje público (...) Eran días de querer dejarme todo, pensaba que había luchado por un sueño que no era mío. Creía que no tenía derecho a conseguir lo que había conseguido. Tenía un estrés y una ansiedad brutal".
En este sentido, Jaime explicó que pedir ayuda psicológica fue importante y que tras comenzar terapia cambió su vida. Aún está tratando su ansiedad, mas aseguró que el "amor propio" lo ayudó a estar mejor e intentó motivar a los jóvenes a que busquen ayuda profesional si lo necesitan.